ABRIENDO PUERTAS

(febrero 2013)

Realmente creo que las hermanísimas se aburren demasiado y piensan más de la cuenta. Y eso es un verdadero peligro. Ahora se les ha ocurrido que hay que dinamizar el edificio, “darle vida y que la gente de la calle nos conozca”, dicen. Y yo me pregunto: ¿Para qué? Que somos un edificio no una institución pública, señoras. Claro que eso no lo entienden.

Úrsula ha pensado que, coincidiendo con los carnavales, vamos a organizar unas jornadas de puertas abiertas en el edificio dos veces por semana. La primera de ellas será el próximo lunes y, para inaugurarlas, ha invitado al alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez. “Quiero que vea que en Santa Cruz hay un edificio modélico: el nuestro”, nos dijo en la reunión. Eso supone que Carmela va a tener que hacer limpieza general a fondo, azotea y garaje incluidos. Mucha gracia no le hace pero dice que no está la cosa como para negarse. Esto le va a suponer hacer horas extras que no le van a pagar. Ella aun no lo sabe.

Otra de las ideas de la presidenta es presentar una candidata a la Gala de Elección de la Reina y se le ha ocurrido que sea su hermana Brígida. La Padilla se atrevió a decir en la reunión que hubiera sido mejor presentarla a la Gala de los Mayores, ”porque la señora ya supera los 60”. Este comentario no le sentó nada bien a Úrsula que se excusó diciendo que su hermana no parece la edad que tiene. Y, en eso, le doy la razón. Está bastante estropeada. Luego me enteré de que esa misma noche intentó llamar por teléfono a Juan Carlos Armas, el director artístico del Carnaval, para pedirle que dejara participar a su hermana en la Gala de la Reina, en representación del edificio pero, por fortuna, saltó el buzón de voz. Yo supongo que estaba liado con algún ensayo.

Bernardo, el taxista, que creo está intentando un acercamiento con Úrsula de no sé que tipo, le animó a que la presentara al concurso de disfraces pero ella sigue insistiendo en que su hermana desfile el próximo miércoles y está esperando a la visita del alcalde -este lunes- para tratar de convencerlo.

Otra de las iniciativas que se ha inventado para activar el edificio son talleres que ayuden a superar la claustrofobia. Se celebrarán todos los martes y jueves en el ascensor. Los vecinos han puesto el grito en el cielo pero de nada ha servido. La decisión -como es habitual- ya está tomada. Francisco José, el botones, también se ha quejado, pues dice que está saliendo de su reciente fractura del dedo índice y no le viene bien forzarlo.

En fin, lo peor de todo es que Úrsula nos ha dicho que los días de puertas abiertas todos debemos atender a los visitantes y a mi eso de que entren en mi casa, se sienten en los sillones, me pidan agua y utilicen mi baño no me gusta nada.