Los vecinos

Los vecinos
Aquí estamos los vecinos del edificio. Ilustración: Axel de la Rosa

martes, 5 de julio de 2016

EL MES DE JULIO
La obsesión veraniega de doña Monsi es Julio, pero no el mes sino el cantante. Por lo que hemos podido averiguar, el enamoramiento de la presidenta viene de lejos, cuando él era portero y no precisamente del Joy Eslava, a donde ella solía ir los fines de semana -ya de señora madurita- por si se encontraba con su ídolo en alguna fiesta. Ahora, cuando la artrosis no le permite menear la cadera como antes, su corazón se ha revolucionado al enterarse de que Julio Iglesias actuará en la Isla el próximo día 23 y se le ha ocurrido que el artista podría hospedarse en nuestro edificio.
-¿Qué duerma aquí? ¿Con nosotros? -preguntó Carmela horrorizada.
-Sí, es mi última oportunidad de tenerlo, aunque solo sea una vez, bien cerquita -dijo doña Monsi colocando los brazos en su tronco como los de una camisa de fuerza.
-Yo creo que sería menos arriesgado que te limitaras a ir al concierto -le recomendó la Padilla, imaginándose al cantante en pijama.
-No insistan. No voy a cambiar de opinión. Y, por cierto, necesito que uno de ustedes me deje el piso por esos días. Quiero ofrecérselo a su representante como suite de lujo.
-Dios mío, esta mujer ha perdido, definitivamente, la cabeza -me susurró Carmela, mientras cerraba el bote de lejía por si la evaporación del hipoclorito sódico estaba perjudicando a la presidenta.
Eisi, que ve negocio en todo, no lo dudó y ofreció su piso en el ático, pero con la condición de que, cuando lo recupere, tenga nevera y tele nuevas. Doña Monsi aceptó, sobre todo, porque el ático está más cerca de la azotea donde quiere colocar una piscina portátil, exclusiva para Julio Iglesias.
-Me niego a que se quede aquí. Esto es un lugar privado y tranquilo que, ahora, quieres convertir en un falso hotel solo porque estás loca por ese hombre. Un poco de sensatez, por favor -se quejó la Padilla.
A pesar de las reticencias de la mayoría de los vecinos, la presidenta siguió adelante con su idea de transformar el edificio en hotel de lujo y, de esa forma, poder convencer al representante de Julio de que es el mejor lugar de la Isla para quedarse. Eisi y Neruda se encargaron de solventar algunos problemillas relacionados con desagüe y luces.

El miércoles doña Monsi nos confirmó que, por fin, había logrado cerrar con el representante la reserva por tres noches.
-No me lo puedo creer. ¿Cómo ha podido engañarle? -preguntó la Padilla.
-Ay, mi madre. Vamos a terminar saliendo en el telediario -dijo nerviosa Brígida, que reconoció ser más de Raphael.
-Nada de peros y pónganse las pilas, que tenemos que montar el hotel de aquí a tres semanas -nos advirtió antes de marcharse a comprar sábanas nuevas.
Bajo la promesa de que nos perdonaría las cuotas de los meses de verano, aceptamos entrar en su juego y, el jueves por la tarde, tuvimos una reunión para distribuir los roles. Lo único claro era que doña Monsi sería la directora del hotel.
-Yo quiero ser la relaciones públicas. Soy la mejor preparada para el puesto. Tengo un don de gentes que tumba "patrás" -afirmó Carmela, entregándole la fregona a la Padilla.
-Alto ahí, Cenicienta. Ya tengo candidata para ese puesto- gritó doña Monsi, mirando a Xiu Mei.
-¿Qué? Pero si ni siquiera habla bien el castellano.
-Pero domina el chino, que es el idioma del futuro y eso nos dará mayor credibilidad. Tú serás la supervisora de las camareras de piso -le dijo devolviéndole la fregona y el hipoclorito sódico.
La presidenta, ahora directora de hotel, decidió que Bernardo será el chófer, por lo que ya ha pintado su taxi de negro. La Padilla y las hermanísimas harán de huéspedes y yo, de recepcionista. Hasta ayer, María Victoria no tenía ningún cometido asignado, pero, esta mañana temprano, le ha dado la noticia: será la cantante del bar de copas que montaremos en el portal. Se va a liar buena.
En fin, que el próximo martes tenemos ya el primer ensayo y, al día siguiente, vienen a colocar el rótulo luminoso del hotel, al que Eisi quería llamar "Four Seasons", pero doña Monsi lo ha cambiado a "Cuatro Estaciones", la pizza preferida de Julio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario