Los vecinos

Los vecinos
Aquí estamos los vecinos del edificio. Ilustración: Axel de la Rosa

sábado, 28 de marzo de 2015

PROBLEMA DE BULTO
Coincidiendo con la llegada de la primavera, Carmela nos sorprendió a todos con la noticia de su embarazo. Nadie se lo esperaba, ni siquiera su marido. La primera en enterarse en el edificio fue la Padilla, y todo porque la vio limpiando el rellano del tercero izquierda con una mascarilla puesta.
-¿Tan mal huele el piso de María Victoria? -le preguntó extrañada, pues, a pesar de tener dos perritas, la mujer es una maniática con los olores; tanto que le echa Chanel nº5 a todo. Creemos que también a la ensalada. 
-Es que llevo unos días con náuseas por culpa del embarazo y la lejía me provoca. 
-¿Tú embarazada? ¿A tu edad? ¿No me dijiste que tu marido...?
-Eeee... Para el carro que acabo de cumplir 54 y, aunque Pepe se haya hecho la vasectomía, es posible que se le haya escapado un espermatozoide. Todo se estropea. Mira si no el maldito ascensor, que ha vuelto a romperse otra vez. 
En menos de media hora la noticia había corrido por el edificio más rápido que un tuit de Cristiano Ronaldo por la red. 

Doña Monsi se enteró de la anunciación en la peluquería y, enseguida, le ordenó a Neruda que buscara una sustituta, porque el edificio no podía permitirse estar sin señora de la escalera. "Somos referencia en el barrio", le dijo. 
El jueves, la presidenta se pasó a comprobar si Carmela estaba descuidando su trabajo.
-Pero si todavía me quedan nueve meses- le dijo molesta. 
-Prefiero tener recambio antes de que te largues a parir -le respondió con cara de repugnancia como si le hubiesen obligado a tragarse un sapo.
Harta del desprecio de doña Monsi, Carmela decidió subir a ver a Úrsula, que ha montado un gabinete de atención urgente al inquilino. Ella lleva las cuentas y su hermana Brígida se encarga de escuchar las quejas y del papeleo. 
Después de dos horas contestando preguntas estúpidas, Brígida se dio cuenta de que el gabinete no contemplaba asesoramiento en este tipo de problemas. 
-Vaya, lo siento. Es que nunca nos imaginamos que alguien en este edificio se fuera a quedar embarazada -dijo Úrsula-. Todas estamos pasadas de rosca ya.
Aparte de molestarme ese comentario, lo cierto es que las hermanísimas no pudieron hacer nada por Carmela y le recomendaron ocultar su embarazo. 
-Pero doña Monsi ya lo sabe -dijo a punto de echarse a llorar. 
Ante la desesperación de la mujer, la Padilla decidió tomar el mando y poner en marcha el plan O (ocultación). Todos nos ofrecimos a colaborar. Cada uno se aprendió bien su papel y el viernes por la tarde bajamos al portal y esperamos allí a que llegara doña Monsi de su paseo vespertino. 
-¡Ya! -gritó María Victoria cuando la vio doblar la esquina. 
Carmela se colocó en situación y cogió la fregona. Úrsula hizo como si estuviera mirando su buzón, la Padilla se escondió en el cuarto de contadores y María Victoria se puso a esperar el ascensor. En ese momento, entró la presidenta. Brígida fue la encargada de dar la señal de inicio con un estornudo. 
-¡Jesús! -dijo Carmela. 
-Gracias, la primavera me tiene contenta con la alergia -contestó Brígida-. Por cierto, ¿cómo llevas el embarazo? -le preguntó, elevando el tono de voz para que doña Monsi la escuchara.
Carmela se apoyó en la fregona, sacó barriga y empezó a masajearla. 
-¿No te has enterado? Al final no era embarazo lo que tenía, sino gases.
Doña Monsi abrió los ojos pasmada, dejó en el suelo la bolsa que traía del supermercado y se acercó a Carmela. 
-Ya sabía yo que a tu edad no podías quedarte embarazada. Ahora, te advierto una cosa: como empieces a soltar los gases en horario de trabajo te vas a la calle derechita.
Doña Monsi miró a María Victoria y le dijo: "Y tú, ¿estás tonta o qué? ¿No sabes que el ascensor está estropeado?". Se giró y se marchó escaleras arriba. 
El embarazo de Carmela sigue adelante y, por ahora, hemos logrado parar lo de su sustituta. La Padilla nos ha pedido una reunión este miércoles para coordinar qué haremos cuando la barriga empiece a crecer y no tenga gases que soltar.

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